Correr está de moda. Pero la gente no se lanza a practicar running solo por eso, sino porque es un ejercicio muy saludable, si se practica adecuadamente. Y con el buen tiempo, la cantidad de corredores en la calle aumenta, y la convocatoria de carreras populares también. Y muchos son los que se plantean correr la histórica distancia del maratón.

Pero correr los  42 kilómetros de un maratón son palabras mayores. Correr una distancia tan larga requiere una gran preparación física. Por algo los maratones se consideran uno de los desafíos físicos más exigentes que un individuo puede llevar a cabo. Requieren meses de preparación y formación específica para un desarrollo exitoso que no ponga en peligro la salud del corredor.

La importancia de un entrenamiento físico bien planificado

Correr una maratón es una forma extrema de ejercicio. Por esta razón, se recomienda planificar bien los entrenamientos, no solo corriendo largas distancias y con entrenamiento de resistencia, sino también trabajar a todos los niveles, trabajando carreras de corta distancia para trabajar la velocidad y la fuerza velocidad, así como trabajar rutinas de tonificación y musculación.

También es muy importante consultar con el médico antes de iniciar un entrenamiento para correr una maratón. Algunos problemas de salud no son relevantes para practicar deportes en general, pero sí que pueden suponer un problema para las duras condiciones de uan maratón.

Otro aspecto importante que hay que tener en cuenta es que el entrenamiento debe ser gradual y consistente. Hay que empezar poco a poco, a crear un hábito regual de funcionamiento, saliendo a correr de  a 4 veces por semanas, y respetando los periodos de descanso para que el cuerpo se recupere del esfuezo físico.

Como parte del entrenamiento gradual, conviene ir participando en carreras de menor tirada, empezando por carreras de 5 o 10 kilómetros, para ir comprobando cómo funcionan tanto el cuepro como la mente en carrera. Luego se puede correr también una media maratón. Es importante ponerse a prueba y conocerse, porque correr en competición, aunque sea amistosa, no es lo msimo que salir a entrenar.

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Entrenar para un maratón es mucho más que correr largas distancias

Entrenar para una maratón no consiste solo en correr durante largos períodos de tiempo. Los corredores tienen que preparar de manera global, combinando resistencia, fuerza y velocidad. Un acondicionamiento general incluye trabajo de musculación, así como entrenamientos aeróbicos cruzados, como el ciclismo y la natación. También es muy efectivo incluir el entrenamiento de Pilates.

Un buen programa de entrenamiento de unas 20 semanas debe incluir carreras de diversas distancias que aumentan gradualmente, el entrenamiento cruzado del que hablábamos antes y días de descanso. Los días de descanso pueden o bien implicar ninguna formación en absoluto o una recuperación activa, es decir, actividad a un ritmo suave para permitir que los músculos se aflojen.

Come bien y viste de forma adecuada

Una buena alimentación es crucial para el rendimeinto deportivo. Tanto lo que comes antes de hacer ejercicio como lo que debes comer después es vital para la recuperación del organismo como para el almacenamiento de los nutrientes que necesitarás después, así como para la construcción de los tejidos y la quema efectiva de grasas.

Especial atención requiere el tema de los líquidos, ya que se pierden muchos durante la carrera.  Para aumentar la absorción de líquidos durante el ejercicio, los corredores deben comenzar a beber líquidos al menos 4 horas antes de comenzar a correr. En el día de la carrera se pueden consumir hasta 1 hora antes del comienzo líquidos como  agua, zumos de frutas y bebidas deportivas.

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Las bebidas deportivas son una buena fuente de energía mientras se corre ya que su contenido en  sodio puede reemplazar los electrolitos perdidos a través del sudor. A mitad de carrera se pueden tomar barritas energéticas y geles.

En cuanto a la vestimenta, vestirse para correr es mucho más que ir guapo y con la ropa a la última. Elegir unas zapatillas adecuadas al terreno por el que se pisa, y adaptadas a la anatomía del pie es vital. No es solo cuestión de comprar las más caras.

Respecto a la ropa, es muy importante elegir ropa transpirable, ligera y cómoda. Cuando el tiempo es fresco o frío, no hay que dejarse engañar. Llevar demasiada ropa te hará sudar demasiado, y correr será incómodo.

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