¿Quieres bajar de peso? Lo que hay que hacer para perder peso es algo conceptualmente fácil de entender. En principio, basta con comer menos grasas y consumir menos calorías de las que gastas, y hacer ejercicio para ayudar a quemar la grasa acumulada. Aunque no es tan simple, basta como una introducción inicial para no asustarse ni desmotivarse.

El problema es que la mayoría de las personas que se proponen bajar de peso y lo consiguen entran en un juego en el que la partida la libran contra sí mismos, porque tarde o temprano vuelven a engordar y tienen que volver a plantearse que tienen que perder peso.

 

Aquí hay algo que falla. ¿Por qué la gente vuelve a engordar? ¿No hay un sistema que te permita perder peso y no volver a recuperarlo?

El problema es la manera de entender esa pérdida de peso. La gente quiere resultados rápidos y vive la pérdida de peso como una fase de sacrificio en la que tiene que privarse de cosas (ciertos alimentos) y obligarse a hacer otras (ejercicio).

Cómo bajar de peso y no recuperarlo

Para adelgazar no hay que sacrificarse, hay que cambiar de vida

El problema es un error de concepto. Si quieres que perduren los resultados, si quieres mantener el peso y no volver a recuperar esos kilos de los que tanto te ha costado desprenderte, lo que tienes que hacer es cambiar de hábitos.

El problema es que las dieta de adelgazamiento suelen ser muy duras, y que muchas veces se supeditan a la toma de suplementos. En el momento que dejamos de comer de esa manera y dejamos los suplementos todo se va al traste.

Si quieres adelgazar tienes que cambiar de hábitos, introducir una dieta lógica y consciente e incluir el ejercicio como parte de tu rutina. En vez de empezar con una dieta dura y un programa de ejercicio agotador es mucho mejor que vayas introduciendo los cambios poco a poco o al menos de forma poco agresiva. Tienes que sentirte a gusto. Pero eso no es todo.

Cómo bajar de peso y no recuperarlo

La motivación para perder peso debe ser intrínseca

Muchas personas quieren bajar de peso por presiones sociales o para una determinada ocasión en la que necesitan sentirse a gusto y dar una imagen. Pero esta motivación no basta si quieres lograr resultados duraderos.

Tu motivación para perder peso tiene que nacer de la necesidad de sentirse más saludable, de estar más ágil, de tener una mayor calidad de vida. Tiene que nacer también de la motivación por alimentarse correctamente, no solo por una cuestión de peso, sino de salud en general. La dieta alta en grasas e hidratos de carbono no solo es mala para la circulación, sino que también alimenta las células cancerígenas. Y eso por poner un par de ejemplos.

Perder peso y no volver a recuperarlo es cuestión de voluntad

Cuando te propongas perder peso tienes que comprometerte más allá de las semanas o meses que vayas a estar a dieta. No tengas prisa, adelgaza con cabeza y siéntete orgulloso de tus avances, pero no en lo que a pérdida de peso se refiere, sino porque te has propuesta cambiar de vida.

Tienes que se consciente de que lo que te hace engordar son los malos hábitos que abandonas cuando te pones a dieta. La voluntad de no volver a caer en ellos es lo que te permitirá seguir haciendo lo que realmente es bueno para tu salud y para mantener un peso saludable.

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