Tratar una lesión de manera rápida y de forma adecuada puede ser clave para su recuperación, para evitar una infección o para que el problema no se complique. Sin embargo, muchas personas tratan heridas o golpes comunes de manera equivocada y es posible que esa actuación inadecuada conlleve un problema grave.

A continuación vamos a ver lesiones muy comunes y cómo tratarlas adecuadamente. También revisaremos cuáles son las actuaciones habituales que resultan erróneas para que sepas lo que no debes hacer.

Es un error aplicar calor a una torcedura o una fractura

El calor solo debe aplicarse en casos de contracturas, pero no siempre es fácil determinar si el dolor surge por una contractura o por un rotura fibrilar, por ejemplo. Ante la duda, es mejor no aplicar nada. En los casos en los que está claro que se trata de una torcedura o una fractura, lo que hay que aplicar hielo. Los sprays de frío solo tienen un efecto breve sobre la superficie, y valen solo como medida en el primer momento, mientras se va a buscar el hielo. Este debe aplicarse con un paño para que no queme la piel y dejarse durante 15-20 minutos para que el frío penetre en los tejidos.

El hielo ayuda a disminuir la hinchazón, mientras que el calor aumenta el flujo sanguíneo, lo que puede hacer que la hinchazón empeore.

Es un error inclinar la cabeza hacia atrás cuando hay sangrado nasal

Con las hemorragias nasales se produce un situación que es bastante aparatosa. Una vez que la sangre empieza a fluir, hay que dejarla que salga. Inclinar la cabeza hacia atrás es un error muy común, pero que puede tener consecuencias importantes, puesto que la sangre fluye haca la parte posterior de la garganta, lo que puede provocar tos (imagínate lo que sería ponerse a toser con un río de sangre manando de la nariz) o incluso obstruir la respiración.

En estos casos, lo que hay que hacer es sentarse y presionar ligeramente la nariz, manteniendo la cabeza en posición neutral. Si sale mucha sangre, inclina hacia delante la cabeza y deja que salga mientras presionas levemente. A veces, cuando sangra mucho, es necesario sonar un poco la nariz, con suavidad, para sacar los coágulos y que no se vayan hacia la garganta. Pero, ante todo, hay que mantener la calma. Si el sangrado no cesa antes de 20 minutos habría que llamar a un médico o ir a urgencias.

Es un error no dejar las quemaduras bajo el agua el tiempo suficiente

Ante una quemadura, lo que hay que hacer es aplicar agua fría, metiendo la zona dañada bajo un chorro de agua (cuidado con la presión, que no sea excesiva). Pero no vale con dejar que el agua corra unos segundos, ni siquiera un par de minutos. Para tratar la quemadura adecuadamente hay que tenerla bajo el agua de 10 a 20 minutos.  Esto se debe a que el calor de la quemadura penetra profundamente en la piel, donde puede continuar destruyendo tejidos. Por eso no basta con enfriar un poco la superficie, sino que hay que dejar que el frío también penetre.

Así que olvídate de aplicar cualquier tipo de pomada o producto casero. Primero hay que enfriar. Pero no uses hielo, ya que podrías quemar más la zona. Simplemente, abre el grifo, coloca la zona dañada debajo y espera. El agua también ayudará a limpiar la zona y a prevenir infecciones.

Próximamente…

En el siguiente artículo veremos otra serie de errores de primeros auxilios que pueden ser empeorar la situación de la herida o la lesión inicial. ¡No te lo pierdas!