En artículos anteriores hemos advertido a nuestros lectores de una serie de mitos y confusiones en torno a las causas del acné. Ahora bien, tan importante como evitar incurrir en estos errores y falsas creencias, es ser consciente de algunos datos y verdades contrastadas que te ayudarán a evitar la reproducción y agravamiento de tu acné. Después de todo, conviene destacarse que, en la mayor parte de los casos, el acné desaparece por sí sólo. De manera que, si logramos paliar y reducir sus efectos lo máximo posible, el proceso no tiene porqué ser más que una anécdota más de nuestra juventud.

La falta de sueño y el acné

Un sueño insuficiente genera una mayor segregación de andrógenos y cortisol derivados del estrés ocasionado por la falta de descanso. El incremento de andrógenos en nuestro cuerpo está relacionado con la segregación de más sebo por parte de nuestras glándulas sebáceas, lo que puede derivar en la aparición de granos y espinillas.

El cabello y el acné

Aunque la higiene personal no está directamente relacionada con la aparición del acné, sí es un factor que puede agravar la situación. En particular un cabello especialmente graso o la utilización de productos para el peinado, como geles, espumas y demás, pueden en contacto con la piel agravar la obstrucción de los poros y empeorar el acné ya existente.

La ingesta de agua y el acné

Nuestro cuerpo es mayoritariamente agua y la desintoxicación del mismo se produce a través de la excreción de agua en la orina y el sudor. Un adecuada ingesta diaria de agua contribuye a mantener nuestro organismo limpio y saludable. De hecho la piel se ve muy beneficiada de una hidratación general de nuestro cuerpo. El acné puede verse razonablemente remitido si nos aseguramos de hidratarnos abundantemente todo el día, reduciendo así los niveles de acidez y viscosidad de nuestros fluidos corporales.

El alcohol y el acné

Una de los factores que empeoran el acné más desconocidos es el alcohol. La ingesta de alcohol estimula la segregación de sebo por parte de nuestras glándulas sebáceas, lo que se traduce en una mayor proliferación de granos cuando el acné a comenzando a aparecer en nuestra piel.

Tocarnos la piel o la almohada con la que dormimos y el acné

De nuevo aquí debe diferenciarse entre las verdaderas causas del acné y los factores que pueden contribuir a empeorarlo. El contacto de nuestras manos sucias o la acumulación de restos de suciedad en nuestra almohada pueden agravar la salud de nuestra piel si ya se presenta algún tipo de infección como consecuencia del acné. Debe tenerse en cuenta, no obstante, que esto es aplicable a cualquier otra herida o lesión que implique una exposición de nuestra epidermis.

Esperamos que este artículo haya contribuido a aclarar dudas frecuentes entre las personas que padecen acné. ¿Conocías todos estos aspectos? ¿Cuál ha sido tu experiencia con el acné?

Imagen: Toby Bradbury