Las técnicas de relajación mediante la respiración son nuestras favoritas porque son muy sencillas de aplicar por cualquier persona, con independencia de la edad y estado físico. Además, los resultados son perceptibles inmediatamente, pues se logran reducir considerablemente el ritmo cardíaco y alcanzar un estado de relax, que perdura tiempo después de la realización de una sesión.

Respiración global

Nivel de dificultad 4

La respiración global es, quizá, la más compleja de cuantas hemos presentado y explicado a lo largo de esta guía de técnicas de respiración. Sin embargo, es precisamente la más efectiva en lo que a relajación y tonificación muscular se refiere.

Debe tenerse en cuenta que una inadecuada respiración implica una deficiencia de oxigenación de nuestro cuerpo, y puede conllevar contracturas, especialmente en nuestro cuello y espalda. La respiración global trata de corregir cualquier tipo de problema que pueda encontrarse en un proceso de respiración natural, de forma que se reeduque al cuerpo para inspirar y expirar de la mejor forma posible.

  • Respiración en plexo solar

En primer lugar se procede a llevar a cabo una respiración centrada en el plexo solar, situando una mano algunos centímetros sobre la boca del estómago y la otra mano bajo la clavícula. Acto seguido, procederemos a inspirar de forma natural por la nariz, centrándonos en dilatar la caja torácica, haciendo que nuestras manos se desplacen hacia afuera con el movimiento. Deberemos prestar atención a nuestra espalda, haciendo lo posible porque nuestras escápulas no se contraigan. Para ello, nos aseguraremos de apoyar nuestra espalda sobre una superficie, ya sea el suelo o el respaldo de una silla. Este tipo de movimiento es especialmente complicado pues, a menudo, la gente desplaza los hombros hacia adelante como acto reflejo -dificultando la entrada del aire- o bien contrae las escapulas, lo cual deriva en una contracción muscular en nuestra espalda.

  • Respiración diafragmática y desplazamiento de las costillas

Una vez hayamos acostumbrado a nuestro a cuerpo movilizar el plexo solar, desplazaremos nuestras manos sobre las costillas situándolas a los costados. Procederemos entonces a trasladar la respiración más abajo, procurando que nuestras costillas se desplacen hacia afuera durante la respiración y se contraigan durante la expiración.

  • Respiración abdominal

Finalmente, situaremos nuestras manos sobre el estómago, centrándonos entonces en desplazar el abdomen hacia afuera, de nuevo prestando atención a la espalda. En este caso a la zona lumbar deberá igualmente desplazarse hacia afuera, haciendo así presión contra el respaldo o superficie sobre la que estemos apoyados.

Como has podido comprobar, estas técnicas de respiración son considerablemente sencillas de aprender y aplicar. Siempre recomendamos contar con la supervisión de un especialista, que pueda corregir pequeños defectos de los que no somos conscientes y optimizar considerablemente los resultados obtenidos. Nos encantaría conocer cuál es tu experiencia con este tipo de técnicas, así como cuáles han sido las principales dificultades con las que te has encontrado para aplicarlas de forma eficaz.

Imagen: elm3r