Los bronceadores pueden dar un magnífico brillo, siempre que se apliquen correctamente. Cabe hacer esta aclaración porque es uno de esos productos que pueden hacer lucir a una persona absolutamente fabulosa o muy mal, según el uso otorgado.

A fin de lograr un acabado perfecto, a continuación se dejarán algunos tips para sacar un buen provecho a los bronceadores y no equivocarse en el intento.

1. No intentes broncear tu piel con la base de maquillaje

Un error común es elegir una base de maquillaje más oscura que el tono de piel, creyendo que la hará parecer bronceada al instante; esto es un gran no. Siempre es mejor utilizar una base de maquillaje que se adapte al tono de piel real y darle luego un tono más cálido con un bronceador, en las zonas correctas.

De este modo, la tez no parecerá tan plana y, con un bronceador bien aplicado, se puede crear un suave brillo dorado; es decir, como si el sol hubiera besado el rostro de forma natural.

2. Aplica con prudencia

En lugar de simplemente embetunar todo el rostro con bronceador, hay que colocarlo de forma estratégica a fin de que el acabado sea delicado y bonito. Es clave recordar que se está tratando de recrear un bronceado, pero sin el daño del sol.

Según los maquilladores profesionales es recomendable aplicar el bronceador en la frente, el puente de la nariz, la parte alta de las mejillas y la punta de la barbilla. Y, como no se está contorneando el rostro, hay que evitar usar el bronceador para dibujar los pómulos o crear otro efecto de maquillaje. No quedará bien.

3. Hay que difuminar

 

Algo que hay que tener en cuenta al momento de maquillarse es que, al broncearse de forma natural, el rostro y el cuello se queman a la par. Por esto, un error muy común y que es la primera señal de que se ocupó mal el bronceador, es no llegar al cuello.

Al fin y al cabo, un rostro muy bronceado se verá muy extraño sobre un cuello pálido; así que es importante asegurarse de difuminar el bronceador, alcanzando ambos lados del cuello y, en caso de usar escote, aplicarlo también debajo de las clavículas.

5. La cantidad justa

Menos es más cuando se trata del bronceador. Lo mejor es ir aumentando la cobertura poco a poco, en lugar de aplicar demasiado de una vez.

Si accidentalmente se colocó demasiado bronceador, un buen tip es utilizar un polvo translúcido para atenuarlo.

6. Utiliza las herramientas adecuadas

La mejor herramienta para aplicar el bronceador es una brocha grande y esponjosa. Con ella, si se sujeta desde la parte casi al final del mango, se puede aumentar la cobertura de forma sutil. En cualquier caso, cabe destacar que estos elementos se deben lavar periódicamente para evitar interferir con el efecto esperado del maquillaje.