Con la primavera llegan las flores, el calor -también la lluvia, pero qué bien hace-, las flores, los días largos… También llegan las garrapatas, los mosquitos, las polillas, las moscas… Y, por supuesto, llegan las alergias estacionales. Millones de personas reciben el buen tiempo con un buen montón de pañuelos de papel, un arsenal de antihistamínicos y un buen programa de alertas de polen y gramíneas -porque hay días que para estas personas es mejor no salir de casa-. Picor de ojos, nariz que moquea o estornudos repetitivos son algunos de los síntomas que muestran las personas que sufren algún tipo de alergia estacional y que, además de ser muy molestos, son socialmente poco agradables.

Afortunadamente, a pesar de que las alergias estacionales son exasperantes, hay maneras de reducir su impacto. En este artículo vamos a ver algunas estrategias para manejar las alergias estacionales.

¿Cuál es la causa de las alergias estacionales?

Las personas desarrollan alergias cuando su sistema inmunológico reacciona a una sustancia como si fuera una infección, produciendo anticuerpos para combatirla. Estas sustancias se conocen como alérgenos.

La próxima vez que el cuerpo se encuentra con el alérgeno, produce más anticuerpos anticipadamente. Al entrar en contacto en forma repetida con las sustancias alergénicas, el organismo reacciona liberando una sustancia llamada histamina y otras sustancias que son las responsables de los síntomas de la reacción alérgica. La histamina es el mediador químico más conocido de las reacciones alérgicas y es la causa de muchos síntomas de la alergia, como la roncha, el enrojecimiento y la picazón, observados en la urticaria, o como la congestión nasal, el picor nasal y los estornudos observados en la rinitis alérgica.

El desencadenante más común de las alergias estacionales es el polen y las gramíneas, aunque también pueden ser provocadas por el moho. Sin embargo, hacer frente a las alergias estacionales no es simplemente una cuestión de saber si estos alérgenos en el aire provocan alergia y tratar de evitarlos. Hay algunas complicaciones añadidas.

La alergia al polen es la más frecuente de las alergias estacionales y está causada principalmente por el polen de las plantas, los árboles y el césped
La alergia al polen es la más frecuente de las alergias estacionales y está causada principalmente por el polen de las plantas, los árboles y el césped

Evitar los disparadores de las alergias

No se trata solo de saber si los niveles de polen son altos o bajos, sino en saber tratar los síntomas cuando surgen. Hay diferentes tipos de polen, y no siempre la reacción alérgica aparece con todos ellos. Así, si el nivel general de polen es bajo, pero resulta que corresponde al que te provoca la reacción alérgica, lo vas a pasar mal. Del mismo modo, puede haber niveles altos de polen, pero sin que el que te da alergia a ti esté en el aire en ese momento.

Una vez que una persona sabe que tienen una alergia estacional y es consciente de lo que desencadena, está en posición de evitar las reacciones alérgicas. Hacer un seguimiento de las previsiones de polen es un buen buena forma de empezar, pero también hay que tener en cuenta otros factores, como el viento, la humedad ambiente o el tipo de vegetación. Todo eso ayudará aún más a controlar las reacciones alérgicas.

Para reducir las posibilidades de una reacción alérgica, se recomienda no salir cuando los niveles de polen son más elevados. Los niveles más altos de polen se producen entre la 5 y las 10 de la mañana y entre las 7 y las 10 de la tarde.

Si tienes que salir a la calle, hay una serie de cosas que puedes hacer para reducir las posibilidades de entrar en contacto con los alérgenos. El uso de gafas de sol ofrece  protección para los ojos, y la aplicación de una pequeña cantidad de vaselina en el interior de las fosas nasales puede evitar que algunos alérgenos alcancen el revestimiento sensible de la nariz.

Otro método para evitar las reacciones alérgicas de este tipo es no tender la ropa al sol, para que así el polen no se adhiera a los tejidos.

Minimizar el riesgo de reaccioens alérgicas en interiores

Es imposible eliminar todos los alérgenos del aire dentro de casa, pero todavía podemos hacer algo para ayudar a reducir los niveles de exposición. Lo primero es mantener las ventanas cerradas, especialmente en los momentos mayor concentración de polen. Para superar el calor, si usas aire acondicionado, procura revisar y limpiar los filtros periódicamente.

También es recomendable lavar la ropa siempre que se sale a la calle lavarse el pelo con frecuencia para eliminar las partículas de polen que se hayan adherido.

Otra cosa que es importante es limpiar con aspiradora la casa. Los aparatos que usan agua son muy interesantes, puesto que acaban con todo lo que encuentran, sin que nada vuelva al aire.

También es importante mantener una humedad ambiente óptima usando humidificadores. En este sentido, enjuagar las fosas nasales es muy útil. Un estudio italiano publicado en los Archivos Internacionales de Alergia e Inmunología encontró que lavado nasal es una forma suave y eficaz para tratar las alergias estacionales en los niños, y reduce notablemente el uso de antihistamínicos.

Tratamiento y remedios

Las personas tienden a mostrar respuestas alérgicas únicas, por lo que el tratamiento que funciona mejor para cada individuo variará de unos a otros. Por eso es necesario acudir al médico para que haga un diagnóstico y recomiende el tratamiento más adecuado.

Los antihistamínicos orales son una forma de medicamento de venta libre que pueden aliviar muchos de los síntomas de las alergias estacionales, como estornudo, picor de ojos y goteo nasal. Los descongestivos alivian la congestión nasal. Algunos medicamentos contienen una combinación de los dos.

Las personas que requieren alivio de los síntomas más severos pueden ser vacunadas, aunque esto se hace siempre bajo prescripción médica.  Las vacunas antialérgicas consisten en la inyección de extractos diluidos de un alérgeno. El aumento de dosis se administran hasta que se establezca una dosis de mantenimiento. Este proceso ayuda al cuerpo a construir una forma de resistencia al alergeno y reduce la gravedad de los síntomas.

También hay tratamientos en pastillas que deben ser supervisados por un alergólogo. Estos tratamientos comienzan unos meses antes de que comience el periodo de alergia y continúan a lo largo de largo de varios años.

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