La risa es la capacidad de crear un sonido como una reacción a un estímulo provocado por eventos internos o externos, situaciones o personas. Es una manifestación física que indica un estado de bienestar o muestra una respuesta emocional.

Diversas investigaciones han demostrado que la risa ayuda a aliviar el dolor, a sentirse más feliz e incluso a fortalecer el sistema inmunitario. Pero, además, reírse también ayuda a gestionar el estrés. ¿Quieres saber cómo funcionar este mecanismo y cómo conseguir reírte más para aprovechar todos sus beneficios cuando estés estresado o para evitar estarlo? Te lo contamos a continuación. ¡Y no olvides echarle un vistazo a esta selección de frases para sonreír!

La risa y el estrés

La risa te hace sentir bien. Y la buena sensación que tienes cuando te ríes permanece durante un buen rato y, además, es contagiosa, por los que ayuda a los demás también a aliviar la tensión. Además, la risa ayuda a mantener una actitud positiva y optimista en situaciones difíciles.

La risa ayuda reducir las hormonas que provocan estrés

La risa disminuye las hormonas del estrés (cortisol) y aumenta las células inmunes y anticuerpos que combaten las infecciones, lo que mejora su resistencia a las enfermedades.

Además, la risa provoca la liberación de endorfinas, sustancias químicas que hacen que nos sintamos bien  de forma natural.  Las endorfinas promueven una sensación general de bienestar e incluso pueden aliviar temporalmente el dolor.

La risa proporciona liberación física y emocional

La risa ayuda a liberar la energía negativa acumulada que puede hacernos sentir a punto de reventar. Seguro que en alguna ocasión has experimentado la necesidad de “reir para no llorar”. Esta risa en momento de tensión ofrece una gran sensación de desahogo y alivio. Si esa energía no se libera se convierte en ira, la cual aumenta considerablemente los niveles de estrés.

La risa relaja

Reirse implica un gran trabajo muscular, en el que están implicado los músculos del diafragma y los músculos de la cara, además de los pulmones. Estos músculos realizan contracciones consecutivas que consumen mucha energía. Cuando se acaba, la sensación de relajación es muy grande. Es como si la tensión acumulada se hubiera canalizado como fuente de energía para realizar el enorme esfuerzo físico que requiere reírse.

La risa distrae

Reirse es muy útil cuando alguna cosa que causa dolor es el centro de la atención. Cuando nos reímos, quitamos la atención por un momento de cualquier cosa que nos produce ira, dolor, emociones negativas y estrés, lo que nos ayuda a valorar otro punto de vista más optimista.

La risa ayuda a cambiar el punto de vista

La respuesta a los eventos estresantes puede ser alterada si se ven algo como una «amenaza». El humor nos puede dar una perspectiva más alegre y optimista de situaciones complicadas, y  ayudarnos a ver lo que ocurre como «retos», lo que los hace menos amenazantes y más positivos.

La risa ayuda a aliviar la tensión en el entorno

Muchas veces, es estrés aumenta porque hay mucha gente tensa interactuando. Pero la risa es contagiosa, se expande, y eso puede ayudar a que la gente que hay alrededor esté de mucho mejor humor, lo que ayuda a aliviar las tensiones que puedan provocar situaciones de estrés.  Al elevar el estado de ánimo de los que nos rodean se mejora la calidad de la interacción social experimentada con ellos, lo que reduce el nivel de estrés aún más.

La risa ayuda a aliviar la tensión en el entorno

Ríete más

Es necesario mantener la mente abierta y estar dispuesto a reírse cada vez que sea posible. Eso te ayudará no solo a gestionar el estrés, sino a mantenerlo más alejado y evitar que se apodere de ti. Además, es una forma excelente de entrenar para cuando realmente necesites liberar tensión.

Puedes probar a ver programas divertidos en la televisión o películas. Cuando estés tenso o notes que estás estresado, elige algo divertido para ver en la televisión o en el cine, que bastantes dramas pasan ya en la vida real.

También es una buena costumbre salir de vez en cuando con los amigos o, si tienes hijos o sobrinos, jugar con ellos. Cualquier excusa es buena para pasar un rato de asueto en el que puedas olvidar todas las cosas malas que te pasan. Y tranquilo, no te sientas culpable, que tus problemas seguirán ahí cuando vuelvas. Distraerte simplemente te ayudará a verlos con otros ojos.

Otro consejo es intentar buscar siempre el lado divertido o gracioso de las cosas. Esto puede parecer muy fuerte, sobre todo en situaciones extremas. Pero es lo que tiene el humor negro.

Por último, recuerda que reírte o sonreír un poco aunque no tengas ganas, porque te ayudará a liberar tensión.  No es lo mismo, pero el hecho de haberlo intentado ya es algo.

Imágenes – Matthew GrapengieserDoug Ford