El mal olor de pies no es desagradables, sino que puede causar enfermedades muy molestas. Al fin y al cabo, el mal olor de pies proviene de las bacterias y los hongos que crecen felices en el ambiente cálido y húmedo que forma el sudor de los pies al caminar.

¿Quieres saber cómo prevenir el mal olor en pies y calzado? A continuación descubrirás que no es tan difícil controlar el olor de pies y que algunas prácticas sencillas pueden ser muy útiles.

Usa calcetines especiales

Los calcetines absorben el sudor, pero este crea humedad en el pie, lo que ayuda a que proliferen hongos y bacterias. Sin embargo, existen calcetines que mantienen el pie y el calzado seco, ya que están formados por fibras que ayudan a evacuar el sudor. También existen calcetines que inhiben la formación de bacterias.

El cualquier caso, siempre es aconsejable usar calcetines, puesto que son más fáciles de lavar que el calzado. Para evitar tener los pies húmedos, cámbiate de calcetines las veces que haga falta cada día (y si puedes lavarte y secarte los pies, mejor aún).

6 formas de prevenir el mal olor de pies

Usa plantillas

Hay plantilla especiales que ayudan a controlar la formación de hongos y bacterias en el calzado, lo que mantiene el olor controlado. Además, muchas de estas plantillas son lavables. En cualquier caso, cámbialas con regularidad.

Lava el calzado o, al menos, las plantillas

Aunque no todo el calzado es lavable, muchas plantillas sí que lo son. Aunque hay que tener precaución a la hora de lavar el calzado para que se deteriore lo menos posible, de vez en cuando sí que le vendrá bien, especialmente al calzado deportivo.

Para lavar el calzado, asegúrate de que es lavable. Si metes las zapatillas en la lavadora, utiliza un programa para ropa delicada y usa agua fría. No te olvides de quitar los cordones y lavarlo aparte. El calzado más delicado puede lavarse a mano con agua fría. Para lavar las plantillas, sigue las instrucciones del fabricante.

6 formas de prevenir el mal olor de pies

No guardes el calzado húmedo en una bolsa

Si metes el calzado en una bolsa nada más usarlo, estos permanecerán húmedos más tiempo y crearán un hogar feliz para las bacterias. Por lo tanto, airea los zapatos antes de guardarlos en una bolsa o incluso de meterlos en un zapatero cerrado.

Si te los quitas después de hacer deporte y tienes que guardarlos para llevártelos a casa no olvides sacarlos nada más llegar para que se sequen.

Usa un spray o polvos para absorber la humedad

Existen productos especiales en el mercado que se aplican al pie y/o directamente al calzado que absorben la humedad y mantienen el olor a raya, y que son eficaces incluso cuando no se usan calcetines.

El desodorante puede servir en parte, pero éste no mantendrá el calzado seco ni inhibirá el crecimiento de hongos y bacteria. Una opción es el uso de un antitranspirante para pies, que controla la sudoración de los pies, lo que evita la humedad en calcetines y calzado.

Guarda el calzado en un lugar fresco y seco

Cuando el calzado esté seco, guárdalo en un lugar fresco y seco para evitar que se llenen de humedad otra vez.  Si el lugar de almacenamiento de los zapatos está aireado, mucho mejor.

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