Este artículo es una continuación de nuestro análisis de las principales causas y factores desencadenantes del estrés. Si no has leído la primera parte te recomendamos que lo hagas lo antes posible. Conocer las causas es el primer paso para remediar el estrés. Continuamos así con nuestra explicación de las principales causas de estrés en nuestra vida cotidiana.
Dieta inadecuada
Una dieta cargada de bebidas estimulantes y azúcares puede agravar seriamente un estado anímico de ansiedad. Es por tanto recomendable evitar este tipo de alimentos y sustancias.
Aislamiento, soledad y confinamiento
Tanto si se produce de forma autoimpuesta o como consecuencia del comportamiento de otros sujetos, el aislamiento genera una gran sensación de soledad y abandono estresantes, cuyas consecuencias son nefastas para nuestro estado psíquico. Casos más leves de confinamiento que también causan estrés son, por ejemplo, los atascos de tráfico, tan frecuentes en las ciudades de hoy en día.
Incumplimiento de objetivos
El hecho de no lograr alcanzar las metas planteadas puede ser una importante causa de estrés si la experiencia no es enfocada desde una perspectiva adecuada de aprendizaje. Además, si el incumplimiento de los objetivos lleva acarreada algún tipo de consecuencia penalizadora, el estrés puede verse agravado.
Falta de sueño
La inconsistencia en la hora de irse a dormir y el tiempo que pasamos en la cama cada noche pueden derivar en estrés y, en casos más graves, en insomnio.
Pensamientos negativos
Adoptar una actitud negativa ante los acontecimientos es un fenómeno que conlleva la aparición de estrés, debido a que la realidad es percibida de forma pesimista. Esto lleva a nuestro cerebro a identificar los hechos a nuestro alrededor como amenazas y activar las reacciones fisiológicas ligadas al estrés.
Episodios emocionales difíciles
Una ruptura sentimental o la pérdida de un ser querido son claros ejemplos de episodios en nuestra vida que generan grandes dosis de estrés. Si las emociones no son canalizadas de la forma adecuada pueden degenerar en un estrés agudo que deteriore considerablemente nuestra calidad de vida.
Alteración de las funciones fisiológicas
Este último factor es el más complejo, motivo por el cual lo hemos dejado para el final. Debe tenerse en cuenta que determinadas enfermedades, medicamentos e incluso nuestra genética, pueden alterar de forma grave nuestras funciones fisiológicas y con ello desencadenar episodios de estrés.
Estas son las causas principales para la aparición del estrés. Algunas de ellas son muy frecuentes, otras por el contrario son menos conocidas, motivo por el cual no se analizan, previenen o tratan adecuadamente. Revísalas y cuéntanos si padeces alguna de ellas. ¿Has descubierto la presencia de alguna de estas causas de estrés en tu día a día? ¿Cómo lo has afrontado? Es muy probable que tu estrés pueda resolverse de forma sencilla y rápida si se presta atención a su origen y de adopta el enfoque adecuado. Examina ahora cuáles son los mejores remedios contra el estrés.
Imagen: Damian Zanini, Ryan Hyde